Escriben poesía, ensayo o novela negra. No son
una generación literaria, pero tienen algo en común: son guardias civiles que
en sus ratos libres, y muchas veces bebiendo de su experiencia profesional,
dejan a un lado el tricornio para coger la pluma y dar rienda suelta a su otra
vocación.
"Leer a un guardia civil nunca te dejará
indiferente", dice a Efe Lali Castellanos, por cuyos ojos han pasado
decenas de libros de agentes que luego ha reseñado para la revista del cuerpo.
Son libros "cargados de memoria y de
riguroso trabajo. Nutridos de una experiencia vital que a veces supera la
ficción, que reflejan lo más oscuro del ser humano y también lo mejor de las
personas", resume Castellanos.
David Minayo es guardia civil y poeta. Desde su
puesto en Soto del Real (Madrid), este agente de 33 años es autor de "El
amor en tiempos de los desguaces de coches", un libro que recoge 68 poemas
urbanos influidos por la corriente "poesía de la experiencia" de
autores como Luis García Montero.
Minayo reconoce que sus dos vocaciones estás
separadas por una línea muy marcada. Y si ser poeta le permite sacar lo que
tiene dentro, ser guardia civil "sacia" su "hambre de
movimiento", de "estar al pie del cañón, de ayudar a la gente".
Joven es también Nacho García, un agente de 34
años destinado en Santander autor de dos novelas, "El círculo
desnudo" y "El círculo sobrenatural", una serie que cerrará un
tercer libro, ambientados todos ellos en una Santoña que el autor disecciona social
y culturalmente, en un lugar "mágico y maldito".
Novelas de "realismo sucio", de terror,
acción y suspense, marcadas por el "maestro" Charles Bukowski, como
las define su autor, que se siente más escritor que guardia civil, si bien
reconoce que su trabajo le permite conocer mejor la sociedad, "lo que se
mueve", y trasladarlo a sus libros.
"Objetivo beato" fue la primera novela
de J.D. Pastor, un subteniente que ha trabajado en diferentes grupos de la
Unidad Central Operativa (UCO), de cuya oficina de prensa es ahora responsable.
Convencido de que el criminal "siempre deja
su tarjeta de visita", a Pastor le picó el gusanillo de la escritura y
aprovechó la investigación para recuperar un códice del beato de Liébana del
siglo X, robado en La Seu d'Urgell, para escribir su primera novela.
Otra compleja investigación de la UCO, la
recuperación del cráneo de Benedicto XIII, centra la trama de su segunda
novela: "Papa Luna, el rescate de un pontífice olvidado", escrita
esta vez en pareja -como la imagen más popular de la Guardia Civil- con otro
agente, Octavio Rani.
Las musas siguen rondando a Pastor, que ya madura
su tercera novela, esta vez sobre robos de mapas y documentos en bibliotecas de
España, Portugal e Italia. Escrupuloso con el proceso judicial que se sigue por
estos hechos, hasta que éste no concluya el autor no la pondrá a la venta.
Un guardia civil, el capitán Alberto, protagoniza
la novela "Muerte al fiscal", de José Luis Melguizo, un antiguo
miembro de los servicios de inteligencia del Estado que radiografía en esta obra
la mafia rusa desde su experiencia en la investigación de la criminalidad
organizada.
El autor, que ha dividido en "trancos"
(saltos) esta novela negra que ha atraído también a los interesados en la
historia contemporánea, eligió a un guardia civil por tratarse de un cuerpo
"muy prestigioso y pionero en la lucha contra las nuevas amenazas"
criminales, aunque la obra hace un "guiño" también a la buena labor
de las policías nacional y locales.
Cuando concluya los dos ensayos de criminología
que este doctor en Derecho está ahora escribiendo, verá la luz la segunda parte
de su novela.
Quiso el azar que Francisco José Botana,
responsable de la oficina de prensa de la Guardia Civil en Barcelona, recibiera
el encargo de una editorial de escribir un libro sobre anécdotas en el cuerpo.
Recogió unas 300 (fue "más duro recopilarlas que escribirlas",
señala) y eligió 89 en una criba exquisita para "no herir
sensibilidades".
Esta primera experiencia ha empujado a Botana a
escribir una novela, ya avanzada, ambientada en una época que le fascina, la
Segunda Guerra Mundial, y plagada de crímenes, relata este agente, que se
siente más guardia civil que escritor y que quiere volver a probarse en algo
que le entusiasma para superarse a sí mismo sin intención "crematística".
Pedro Blanco está ya retirado, es psicólogo
clínico, ha ejercido como tal en la Guardia Civil y ha escrito varios ensayos
sobre violencia contra la mujer o el cerebro, como "El centinela que nunca
duerme".
Y en un "guiño", pero en prosa, a Pablo
Neruda, este polifacético hombre -ha escrito una obra de cante jondo que
estrena este mes en Almería y en la que reivindica la etnia gitana- cuenta con
un libro de pequeños relatos -"21 historias de amor"-. Y con "La
condesa de la Alhambra" se ha atrevido con una novela que, basada en
hechos reales, narra la historia de España desde la caída de la II República.
Ha esperado Francisco Martínez su paso a la
reserva para escribir "Cinco rosas. Memorias de la vida insólita de un
guardia civil", que se presentará el día 20 y que refleja la evolución del
cuerpo y cómo han ido los agentes ganando en derechos. Sirve también, afirma el
autor, de homenaje a los compañeros fallecidos a manos del terrorismo.
Una lacra que bien conoce el
general en la reserva Ángel García-Fraile, quien en "La amenaza
terrorista. ¿Hacia la tercera guerra mundial?" recorre la historia de este
fenómeno que avanza hacia el radicalismo islamista, el que más debe preocupar
en este siglo, sobre todo por los conocidos como "lobos solitarios".
García-Fraile acumula una amplia
experiencia y conocimientos, que ha volcado en un nuevo ensayo pendiente de
publicar bajo el título de "Las guerras del oro negro", sobre las
tres guerras del Golfo.
Sagrario
Ortega/Efe, Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Estimado lector: Con el fin de poder mejorar y hacer más atractivo el blog, te pediría que comentaras la entrada, rogándote omitas lenguajes obscenos, insultantes, etc. Un saludo. GRACIAS.